lunes, 10 de septiembre de 2012

Apuntes (178): Y dale con las iniciales...


Una de las pocas perspectivas que me resultan atractivas en esta crisis es que la gente que "vive de la cultura" pasando por el Ministerio o la Consejería del ramo va a tener que dedicarse a pintar cosas que la gente está dispuesta a pagar, o a escribir libros que no sean por encargo para el consabido premio, o a hacer películas en condiciones, etc., y además si quieren beber copas de vino español van a tener que comprase la botella en el supermercado, por no hablar de canapés de salmón, jamoncito, gambas... y si se montan en un avión o en el AVE que lo paguen con el importe de su facturación artística, a ver hasta dónde llegan.

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Sigue uno leyendo a A.T., y resulta sumamente engorroso tratar de despejar las incógnitas que plantea. El valor de X. sólo está al alcance de iniciados que estén al tanto de las puñaladas que se asestan en el mundillo literario, de las que al parecer A. ha recibido unas cuantas, con y sin alevosía y nocturnidad. Después hay otras que si se echa mano de Wikipedia se solucionan bien pronto; por ejemplo, se refiere a una visita que hizo a la viuda de M.P., diseñador gráfico de cierto renombre en nuestra posguerra, y artífice del famoso Toro de Osborne. Y claro, por ahí tiro del hilo del Internet y descubro que se trata de Manolo Prieto. ¿Tanto trabajo cuesta nombrarle con todas sus letras? Me fastidia tanto misterio barato, que lo único que consigue es deslucir una prosa de una calidad indudable.

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Hoy, primer día de cole. No lo han llevado mal M., J. e I., todos unos veteranos. G. se quedó algo mohíno, pero al ir a recogerlo salió con unos andares chulescos mirando para todos lados, como si fuera el amo del lugar. Estos chicos prometen, sólo les faltaba ser protagonistas de un diario, y ahí le gano a A.T. por cuatro churrazos a dos, con sus correspondientes iniciales.

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He estado hablando con un amigo esta mañana de nuestro insigne filósofo O., y no he podido reprimir el recuerdo de esos pasajes en que se da tantísima importancia, esa manera de adornar sus teorías con el tinte de las verdades incuestionables, que ningún mortal estará jamás en disposición de discutir. Toda esa parafernalia ombliguista ha borrado todo lo (poco) que de bueno y aprovechable pueda haber en sus libros. Un tipo insufrible contamina su obra inevitablemente, salvo que se trate de un poeta.

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La decisión de tener hijos ha de ser responsable, y a la vez profundamente irreflexiva.

7 comentarios:

Dyhego dijo...

M.R.:
P. m. p. m. b. t. l. q. v. d.
S.

Rafael Hidalgo dijo...

Parafernalia ombliguista. ¡¿Lo poco de bueno y aprovechable de los libros de "O"?!

Si estamos hablando de la misma "O" (que me temo que sí), agradecería información sobre algún otro filósofo de 1914 a esta parte que haya producido en España algo más bueno y aprovechable.

Personalmente, no encuentro mejor explicación a la actual situación de España que "La rebelión de las masas", libro más actual ahora que cuando fue publicado en 1929-1930.

José Miguel Ridao dijo...

Eso es lo malo, que hay que irse fuera de España para encontrarlo. Leí hace poco "La rebelión de las masas", y tienes razón en que es actual hoy día, pero a mi modo de ver eso no tiene tanto mérito: una luz entre tanto fanatismo. Sin ser experto ni mucho menos, y que me perdonen los conocedores, lo veo sobrevalorado, su estilo es simple: dice muchas simplezas dándose importancia. El otro día leía en prensa que se dedicaba a exponer ideas prestadas sin citar la fuente (Nietzsche), y sobre todo es que el tono que emplea me resulta insufrible, es algo personal que me puede. Ya te digo, son cosas mías...

Dyhego, ¿mande? N.P.I.

Abrazos irracionales.

eres_mi_cruz dijo...

la manía de recortar, que está de moda... por recortar, ya recorta hasta H. que venía al rescate de Europa... ¿al rescate de Europa?... teviadá rescate al modo griego... un mojón pa H....
en cuanto a A.T., al final vas a acabar mal, es muy preocupante...

José Miguel Ridao dijo...

Estaba totalmente limpio, pero el otro día vi un tomo de sus diarios en la estantería y caí de nuevo en el pozo.

Ooooooommmmmmm

Martín López dijo...

Realmente cualquier filósofo acaba siendo un dogmático, y Ortega no es la excepción. Sin embargo el fondo de lo que dice no lo es tanto. Pero realmente creo que vale la pena, si lo ponemos en perspectiva (como querría él). Esto es, si leemos su filosofía como una serie de preguntas, y no como un conjunto cerrado de respuestas. Yo, el tono orteguiano lo perdono. Fue de lo más racional, su persona y pensamiento, en una época de disparates, y eso es gran mérito.

José Miguel Ridao dijo...

Bueno, hace unos meses me di un pequeño atracón y acabé harto del personaje. Seguiré adelante, pero antes me tengo que fabricar una coraza intelectual a prueba de "sobraos".