miércoles, 29 de septiembre de 2010

Apuntes (XVII): Tiempo de estrenos


Caen las hojas, de los árboles y de este diario que tiene algo de otoñal, pero de un otoño artificial, de cartón piedra, que palidece ante la melancolía de septiembre.


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Aún no me acostumbro a mi nuevo hogar. No es que eche de menos el antiguo, pero me siento extraño como nunca lo he estado al vivir en un sitio. Y eso que mis hijos se encargan de llenar los espacios de risas y de gritos, y que nos hemos traído puesta la felicidad. Me figuro que sucede como con ese traje nuevo, flamante, que estrenamos en la adolescencia y parecía más bien que el traje nos llevaba a nosotros, hasta que conseguimos domarlo a base de paseos en domingo de Ramos.

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La afectación es el principal mal de los escritores.

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No tengo muchas cosas claras en la vida, y de hecho no debería tener ninguna, pero si hay algo de lo que estoy convencido es de que en mi vida profesional no quiero tener ningún puesto directivo, ni asumir más responsabilidades de las que por la naturaleza de mi trabajo me correspondan.

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¿Y qué interés tiene lo que cuenta ese escritor de su vida, anodina donde las haya? Nunca hay que olvidar que no interesa su vida, sino cómo la cuenta y qué saca en limpio de ella.

martes, 28 de septiembre de 2010

Últimas reflexiones de un filósofo


Todo lo que me ha pasado hasta ahora me parece un sueño, una broma macabra abocada a este momento final donde se decide de verdad mi vida, mi existencia. Si continúo siendo algo lo seré para siempre, y la eternidad me acogerá en sus brazos para acunarme o para dejarme caer al vacío. Si por el contrario aquí acaba todo, hubiera sido mejor no empezar a existir, si tan breve era el viaje. La eternidad seguirá ahí como algo inalcanzable y remoto, intuido nada más por nuestra peculiar conciencia del tiempo. La eternidad trascenderá ese tiempo y será un todo en el que nosotros no hemos sido ni siquiera una parte, acaso una mota de polvo que se llevó el viento en una ráfaga repentina. Ese instante fugaz es todo lo que tenemos, y nos creemos dueños de un tesoro inviolable.

Mañana al despuntar el alba se resolverá mi duda trascendente. Si sigo teniendo entidad seguiré viviendo, para bien o para mal, y si mi entidad desaparece no lo sabré jamás -ni siquiera la palabra jamás tendrá ya sentido-. En ese caso la vida acabará de un golpe certero, de una caída al abismo parecida a la subida de la nada al vientre materno que experimentamos al nacer. En este último caso habrá un principio y un final, y en el primero no habrá ni principio ni final.

Ya oigo los pasos del verdugo. Pienso, luego muero. Muero, y luego, ¿vivo?

lunes, 27 de septiembre de 2010

Huelga de bandoleros


Dice hoy
mi primo que esta huelga general es de caballeros, y sólo le voy a poner un pero a su brillante artículo: más que de caballeros es de bandoleros. Se trata de un pacto entre bandoleros que ya han trincado todo lo que tenían que trincar y ahora hacen como que se pelean para poner en escena un paripé que no se cree ni la gentuza pancartera que ya va por las calles ensayando la obra de teatro. Yo, con vuestro permiso, me voy a cagar en los muertos de Zapatero con su gobierno en pleno (a estas alturas quien siga en el barco una de dos: o es muy gilipollas o muy cabrón), y en los muertos de los sindicatos convocantes, por detrás y por delante. La primera cagada me la hago en el oso de peluche de las tres letras, y el chorreíto para el resto.

Después de este festín escatológico, me voy a mear de risa el día 29 por la noche oyendo los resultados y las patéticas declaraciones de unos y de otros, ambos perdedores esta vez, sin más mentiras que soltar porque se les ha acabado el repertorio. Ni siqiera creo que les queden fuerzas para la consabida guerra de cifras, para no aburrir más de la cuenta al personal. Y hablando del personal, si ya estaba hasta los huevos de estos ladrones (Estado) y vividores (sindicatos), ahora es que se van a venir a mi blog a cagarse en
sus muertos. Todavía quedan dos días y es como si lo viera: una mierda para unos y para otros, tertulias insufribles en la radio, adoctrinamiento televisivo de uno y otro bando y los Pepes y las Juanis en el sofá de eskai con las patas en lo arto la mesita baja pegando collejas al niño para encauzar su rabia ante semejantes merluzos, con perdón para las merluzas.

Y entretanto, el junlai de las barbas frotándose las manos como un carajote, esperando que caiga la fruta podrida. ¡Qué caterva!

domingo, 26 de septiembre de 2010

Apuntes (XVI): Tiempo y sensaciones


Escribir para conocerse y para que te conozcan, para llenar el tiempo, para vivir lo que otros nos enseñaron con sus actos y ahora sentimos con más fuerza moldeado por nuestra imaginación, y también para recordar lo que ya hemos vivido antes en nuestro interior. Escribir no es vivir; es revivir, o más bien rehacer lo vivido.

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Abro cajas y ordeno papeles y recuerdos. La mayoría de ellos los tiro y siento un alivio profundo, un desapego del pasado al que es absurdo volver, porque él no volverá.

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¡Qué engañoso es el tiempo! Mis horas no son las mismas que las tuyas, ni mis horas de domingo son iguales a mis horas de lunes, o las de sueño a las de vigilia. El tiempo debería medirse en sensaciones.

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Todos nos mordemos la lengua al escribir, mucho más que al hablar, aunque sea en un diario que no va a leer nadie. Scripta manent, y al latín se le tiene aún mucho respeto.

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Y yo que creía que la presbicia era cosa de viejos... y que la vejez era cosa de otros.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Apuntes (XV): Tiempos de poesía


Demasiado tiempo ya sin escribir un poema. Me consuelo diciéndome que cada cosa a su tiempo, pero también es verdad que cada tiempo tiene sus cosas, y éstos son tiempos de poesía.

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¡Ajedreces de luz y de sombra! Hay imágenes poéticas que huelen, se tocan y se oyen. El emparrado con algunas hojas caídas, el estanque junto al porche de la cortijada... se puede sentir hasta la brisa fresca que sopla desde las montañas cercanas, y el olor de las hojas mojadas junto a la alberca donde flotan los nenúfares en flor.

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¿Y qué es la vida? Nadie lo sabe, pero todos deberíamos pensarlo de vez en cuando para no malgastarla.

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He encontrado la solución: escribiré en mi diario de papel todo lo que me apetezca, y en mi diario electrónico la parte que me apetezca.

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La emoción del primer día de clase. Nuevos alumnos, nuevos proyectos... y yo con estos pelos, frío como un témpano, las manos en los bolsillos y dispuesto a cumplir con el trámite de no engañar demasiado a los que cada vez me escuchan menos.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Blasfemias saludables


Llevo un tiempo dando vueltas a eso de las religiones (tranquilos, que hoy dejo descansar a la saudade), y es que no termino de verlo claro. Hasta me he tenido que levantar de la cama para contarlo; si no, reviento. Que nadie se me ofenda, pero eso de que hace mucho tiempo nació un mesías para salvarnos habría que verlo. Y me da igual que esté escrito en la Biblia, por mí como si estuviera en el BOE, que no, que no me lo creo. Y lo de que resucitara y subiera al cielo y tal... ¿quién lo dice? ¿Los evangelistas? Y qué iban a decir ellos, si estaban compraos... Y después está lo más gordo: adorar a unos muñecos de madera, con todos mis respetos, y besarles y llevarlos a cuestas. Sé que me van a matar mis amigos cofrades, pero yo, quitando la estética, lo veo una jartá extraño, a veces me da hasta yuyu. De reliquias ya ni hablamos, y a las misas se va como a los mítines, con todos mis respetos de nuevo (para los de las misas, no para los de los mítines). Y fueraparte de todas esas cosas materiales, la parte espiritual tampoco me acaba de convencer. ¿Qué es eso del Espíritu Santo? Dicen que se puede ir al cielo o al infierno. ¿Y cuál de los dos sitios es mejor? Por no hablar de los pecados, que hay algunos que más que pecados parecen obras de buena voluntad. Y bla bla bla... todas las religiones nos dicen lo que tenemos que hacer y cómo. Lo que quieren es controlar nuestras vidas, coño, ¿o es que no lo veis? Porque si nos pasamos a Mahoma la cosa se pone más fea, y supongo que los animistas africanos muy libres no son. No estoy diciendo que sean opio ni nada por el estilo, es simplemente que no lo comprendo, lo veo sospechoso, me huele a chamusquina. Y ya me callo y me acuesto que bastante he blasfemado por hoy, y como me lea mi madre no me deja entrar más en su casa. Con Dios, nunca peor dicho.


P.S. Y que nadie me diga que no tengo fe, que le quito la fe de una hostia, con perdón.

P.P.S. No me toméis demasiado en serio (en la forma, en el fondo sí).

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Apuntes (XIV)


Todos esos arrebatos místicos, esos trances creadores interrumpidos por un hombre de Porlock, esos círculos, escuelas, facciones, conciliábulos, tertulias, actos de sociedad vergonzosos donde prima la exhibición, y no el legítimo orgullo, ni siquiera la legítima vanidad... Todo eso y mucho más sobra en la creación. Las cosas son siempre mucho más simples de lo que parecen, y no hace falta ser un engreído, ni un desequilibrado, ni disfrazarse de lo que no se es. Toda esa feria patética sobra, pero... ¡cuántas grandes obras han sido escritas por auténticos fantoches!

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Me obsesiono con estos apuntes de mi diario, y fuerzo otro tipo de entradas para no convertirlos en protagonistas de mi blog. La esclavitud de publicar, aunque sea de un modo tan modesto.

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Papeles a derecha e izquierda. A un lado abajo la impresora, y encima del escritorio el ordenador. Poco más se necesita para trabajar, pero me da pánico ese metro cúbico de casa.

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Sigo leyendo a Pessoa y cada vez lo entiendo menos. Su vasta cultura, sus innovaciones literarias, sus teorías sobre el arte... No se puede escribir mejor, ni más profundo, pero esa profundidad no la alcanza el lector; sólo la intuye.

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Y los miércoles termino el trabajo a las once de la noche. Mala hora para los conciliábulos y tertulias que me iban a convertir en fantoche...

lunes, 20 de septiembre de 2010

Apuntes (XIII): Tiempo de olores


Once años ya, y parecen dos segundos. De nuevo compruebo que el tiempo es caprichoso y no corre igual para todos; ni siquiera para mí dura lo mismo una hora de felicidad o de sufrimiento. Y lo rápido que avanzan las horas hace que se alejen de nosotros tanto, y a la vez tan poco, que parece que todos esos momentos felices han venido corriendo detrás.

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Vuelven desde el pasado recuerdos de olores: de la primera vez que fui a Alájar, o ese viaje de fin de curso que hice a Portugal en la adolescencia, o a la Galicia rural de pazos y cruceiros, y por encima de todos ellos el olor de un domingo de Ramos junto a una tapia cuajada de buganvillas. Son olores mezclados con sensaciones, olores irrepetibles y teñidos de nostalgia y melancolía. Resulta sorprendente que se pueda recordar un perfume de lavanda, o la emoción al ver el mar desde un acantilado, o la incertidumbre del primer amor. Cuando hablamos de recuerdos casi siempre se trata de algo que nos sucedió, o de algo que hicimos en un momento dado, o de otras vidas y lugares remotos, pero recordar un olor traspasado por la magia de un momento... eso es un acontecimiento efímero que hay que disfrutar como un regalo que nos hace nuestra alma al rescatar nuestro pasado más intenso.

La puerta de Mr. Google (IV)


Los buscadores de tesoros siguen entrando en mis andurriales por los caminos más extraños.

1. No pedimos nacer todo es absurdo: espero que no se pegara un tiro tras leerme.

2. Como no se hable de mi libro: búsqueda umbraleña donde las haya, ¡y entró desde Moscú!

3. Ciempiés que gritan: se me ponen los vellos de punta.

4. Golonciélago: ¡un híbrido de golondrina y murciélago, y en mi cuaderno!

5. Una poezia de lorg Byron: bien le viene adquirir un poco de cultura...

6. Poesia de rima consonante y con 3 recursos poeticos: vamos, que le he dado hecho el trabajo de clase.

7. Rimas premio por el culo te la hinco 6: ¿cómo que 6? ¿no era...?

8. Chipiona nos bañamos en mierda: ¿y qué culpa tengo yo?

9. Conflicto entre clanes Ridao: juro que mi familia no tiene nada que ver con la mafia, ni con la camorra.

10. Psicotecnicos moncloa: ¡ay, si los hubieran hecho hace seis años!

domingo, 19 de septiembre de 2010

Sin comentarios


Acabo de acostar a los niños, y cuando he dado las buenas noches a Miguel me ha dicho: Papá, ¿te alegras de habernos tenido como hijos?

sábado, 18 de septiembre de 2010

Septiembre


De pronto, un día notamos que la ventana por la que ayer se colaba un sol cegador filtra una luz distinta, más tenue pero mucho más nítida, y todos los contornos son más precisos. Se remueve en nosotros algo que permanecía dormido; el alma se despereza. Dos semanas más tarde de lo previsto, como todos los años, aparece septiembre sin avisar... y se marchará pronto, antes también de lo que dice el calendario, dejándonos defraudados, con el sinsabor de que lo efímero no dura, de nuevo en manos de la inercia del tiempo. Enfermos de tedio y expectantes de nada.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Apuntes (XII)


Es curioso comprobar cómo cada día, aunque no nos haya sucedido nada, nos pasan muchas cosas. Cada persona con la que hablamos, cada mirada, cada detalle de ese jardín o de esa alameda donde nos sentamos a tomar un café, encierra un tesoro de sensaciones, una fuente inagotable de placer, si se sabe buscar. Y eso no es nada comparado con lo que descubrimos si buscamos en nuestro interior, aunque ésa es ya una afición más peligrosa.


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Las cajas nos invaden como alienígenas marrones con una boca descomunal que todo lo traga y todo lo escupe. ¡Cuántas cosas caben en ellas, y qué ordenadas están, y qué miedo dan todas juntas!


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Tantas noches sin dormir, tantas lágrimas vertidas, tantos desengaños, tantos golpes, tantas horas muertas como la vida... se apagan con la luz de la mirada de un hijo.


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¡Cuánta mentira hay en la ambición!


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Otra vez la procrastinación, esa enfermedad incurable que ataca con mayor virulencia a los que somos poco disciplinados y trabajamos como freelance, o sea, mercenarios .

jueves, 16 de septiembre de 2010

Rooted


En el cemento sólo crecen matojos sin raíces que se arrancan de un soplo, pero en la Tierra, allí de donde venimos y a la que tendemos, las raíces crecen lentas e inexorables. Raíces de encina, de alcornoque, de árboles de rivera, de olivo y de jara, raíces de la huerta y de la sierra, de jazmines y macetas mimadas con esmero y colgadas para engalanar blancas paredes de cal. Raíces de cipreses en los cementerios, que al tiempo taladran la tierra y elevan sus copas puntiagudas. Raíces rojas como el terruño, comestibles, hechas de sudores antiguos y arados romanos. Raíces largas y fuertes como las vidas auténticas, como los troncos que alimentan, orgullosos hasta su muerte enraizada. Raíces que ven pasar, llevados por el viento, arbustos endebles que vuelan desde el otro lado del monte, más allá del río, donde no existe la oscuridad ni el silencio, donde los hombres han cambiado el curso natural de la vida y vagan sumergidos en el humo y deslumbrados por el neón. Contentos pero no felices; asqueados sin saberlo, sin tiempo para pensarlo. Libres de pies hasta el punto de no saber dónde parar y descansar. Esclavos de un siglo de progreso, de desmonte, de hormigón proyectado en aquellos campos de otros tiempos, hoy bulliciosos pero eternamente yertos.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Sus mulas toas


Sírvanse cagarse en los muertos de quien les apetezca. Sus exabruptos serán añadidos a la siguiente lista sin fin.


1. ¡Los muertos de los tapiceros!

2. ¡Los muertos del IVA!

3. ¡Los muertos de Ikea!

4. ¡Los muertos del Betis!

5. ¡Los muertos de los sindicatos!

6. ¡Los muertos de Zapatero!

7. ¡Los muertos de Larsson!

8. ¡Los muertos de las botellonas!

9. ¡Los muertos de Mira quién baila!

10. ¡Los muertos de risa!

11. ¡Los muertos de los chinos!

12. ¡Los muertos de los delegados sindicales!

13. ¡Los muertos de los muertos de risa!

14. ¡Los muertos de las entrevistas de trabajo!

15. ¡Los muertos de los abrazos blogueros!

16. ¡Los muertos de Lopera!

17. ¡Los muertos de envidia!

18. ¡Los muertos del sexto sentido!

19. ¡Los muertos de los niños llorones!

20. ¡Los muertos de las viejas preguntonas!

21. ¡Los muertos de los que no les gusta el pimpirimpimpin!

22. ¡Los antes muertos que sencillos!

23. ¡Los muertos de asco!

24. ¡Los muertos de Mr. Google!

25. ¡Los muertos de la letra pequeña!

26. ¡Los muertos de los teleoperadores de Orange!

27. ¡Los muertos de las teleoperadoras de Orange!

28. ¡Los muertos que están vivos!

29. ¡Los muertos de Adán y Eva!

30. ¡Los muertos de los talleres de coches!

31. ¡Los muertos de mi ex-cuñao!

32. ¡Los muertos de las bolsas del supermercado que no se abren!

33. ¡Los muertos de las bolsas de basura sin cuerdecita que no se abren!

34. ¡Los muertos de las tiendas que cuando llegas a las cinco y media, hasta las seis no abren!

35. ¡Los muertos de los plásticos de los cedés que no se abren!

36. ¡Los muertos de las pegatinas que no se abren!

37. ¡Los muertos de los blogs que tienen a un lado diez barras de vídeo, cincuenta premios, cien blogs amigos, una música flamenquita de fondo y por supuesto, bloguero cabrón... no se abren...!

38. ¡Los muertos de la huelga general!

39. ¡Los muertos de los piquetes!

40. ¡Los muertos de los que nos matan!

41. ¡Los muertos del que inventó el escape libre pa las motos!

42. ¡Los muertos de los que pinchan música en algunos sitios!

43. ¡Los muertos de los chalets adosados!

44. ¡Los muertos de los cartelitos a toda pantalla que salen al abrir muchas páginas gües!

45. ¡Los muertos de la semipresencial!

46. ¡Los muertos de los abrefáciles!

47. ¡Los muertos del féisbuc!

48. ¡Los muertos del jalogüín!

49. ¡Los muertos del cambio de hora!

50. ¡Los muertos de los enanitos de los jardines!

51. ¡Los muertos de los teléfonos móviles!

52. ¡Los muertos de Chesterton!

53. ¡Los muertos del botón de publicar de Blogger cuando lo que queremos hacer es guardar el borrador!

54. ¡Los muertos de los talleres oficiales de coches!

55. ¡Los muertos del Libro de la Selva!

56. ¡Los muertos del McDonalds!

57. ¡Los muertos del waka waka!

58. ¡Los muertos de la RAE!

59. ¡Los muertos del escritorio de blogger!

60. ¡Los muertos del que inventó el trabajo!

61. ¡Los muertos de Bob Esponja!

62. ¡ Los muertos de XYZ ! El trío lalalá. X: Felipito, El Mister X del GAL. Y: Rub GAL Cabra, el del 11m. Z: Zetapé el Tonto Solemne, el presidente por accidente.

63. ¡Los muertos del filtro de spam de blogger!

64. ¡Los muertos de los niñatos!

65. ¡Los muertos de los vecinos folladores!

66. ¡Los muertos de los somieres que hacen ñiki-ñiki-ñiki cuando sus dueños hacen ñaka-ñaka-kaka!

67. ¡Los muertos de los muertos de los que celebran jálogüin!

68. ¡Los muertos de los griegos, del Papandreu y de su puta madre!

69. ¡Los muertos del Opus!

70. ¡Los muertos del éxito!

71. ¡Los muertos de Rajoy!

72. ¡Los muertos de Rato!

73. ¡Los muertos de todo el que cobre más de un millón de euros al año!

74. ¡Los muertos del Deutsche Bank!

75. ¡Los muertos de los cartelones de publicidad que se abren en las páginas güeb!

lunes, 13 de septiembre de 2010

Apuntes (XI)


Es muy preciso el término "mudanza", pues con la casa se muda uno de piel y se siente extraño. La casa, al igual que otras muchas posesiones materiales, es una carga que llevamos siempre a cuestas como los caracoles. Ahora que lo pienso, según eso los homeless serían babosas. Una mera asociación de ideas, sin más significado que el que cada uno quiera buscarle.

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Hoy reparto de asignaturas. Subasta de puestos en una cacería con los papeles cambiados.

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Poco a poco las aguas van volviendo a su cauce y la rutina se impone después del período vacacional. ¡Habrá frase más hipócrita!

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Los pensamientos deberían poderse envasar al vacío, para abrirse diez minutos antes de su consumo. Así tendríamos siempre las ideas frescas.

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Mi pereza sólo se ve compensada en parte por mi limitada constancia en el tiempo. ¡Lo que pude haber sido y no fui...!

sábado, 11 de septiembre de 2010

500 entradas 500

Con esta entrada llego a la cifra de quinientas, y aún no hemos cumplido dos añitos. Orgulloso que estoy. Si me hubieran pagado un euro por entrada ahora tendría el billete de la imagen y podría haber tapizado mis butacas a precio de saldo, pero bueno, tampoco es plan de quejarse. Me conformo de sobra con las visitas que me hacéis y lo bien que lo pasamos juntos muchas veces.

Ah, y aprovecho para decir que ayer dormí por primera vez en mi nueva casa. Me ha salido un poco más caaaaaro que el tapizado de marras, pero lo doy por bien empleado. Que conste que cuento estas cosas porque ya sois como de la familia.

Y como es fin de semana y a mí me gusta poner música, qué menos que el brindis de la Traviata, con un jovencito Plácido Domingo (a ver si te dejas caer por aquí, Placidete...).


¡Va por ustedes!

viernes, 10 de septiembre de 2010

De tapicerías y fallos del mercado

El otro día comprobé algo que ya sospechaba: que todos mis años de estudio me servirán para tener más cultura, pero lo que es para ganar dinero… mejor me hubiera hecho tapicero, valga el gilipareado. Resulta que tenemos en Alájar unas butacas ya añejas pero comodísimas, aunque andrajosas de tanta briega parvularia, hasta el punto de que ya nos daba auténtica vergüenza cuando venían visitas a casa, se sentaban y miraban con espanto lamparones de aceite del tamaño de un plato, manchas de chocolate con tropezones de pan incrustados en la tela, mocos fosilizados y demás flora diversa. Así que cuando una mañana oímos vocear: “Eeeel Tapiceroooo” decidimos probar suerte.

Se podría decir que era un señor entrañable, como salido de los años 50 o 60, un personaje de la serie Crónicas de un Pueblo. Medio gitano, repeinado, ojos chispeantes y sonrisa embaucadora. Le hicimos pasar amablemente y le pedimos presupuesto sin compromiso, y que por favor nos contestase pronto. Y tan pronto:

- Por las dos butacas 550 euros.

- ¿No es un poco caro? Por ese precio podemos comprar unas nuevas.

- (Examinando detenidamente las butacas) ¡Aaaaaaro! De éstas ya no se hacen, y les van a quedar como nuevas.

- Pero es que nos hemos comprado un sofá de piel nuevo que nos ha costado eso.

- En Ikea, ¿verdad?

- Sí.

- ¡Aaaaaaro! No valen un duro.

- Pues es bien cómodo y de mucha calidad, sólo que lo traen de Polonia ya montado.

- ¡Aaaaaaro! Y allí trabajan por dos duros, cómo va a ser igual.

- Pues los polacos son muy trabajadores, otra cosa es lo que cobren.

- ¡Aaaaaaro! (esta vez no me rebatió el argumento).

Como vio que le discutía la bondad de su precio va y me dice:

- Por 500 euros lo tiene usted mañana por la mañana tapizado en casa.

Ganas me entraron de decir ¡Aaaaaaro! Nos miramos mi mujer y yo y, dada la estima que tenemos a esas butacas y que en Sevilla nos habían pedido más por tapizarlas le dijimos que sí. Esto fue a las 11 de la mañana. Pues bueno, a las 9 de la mañana del día siguiente estaba el tío con la furgoneta delante de casa y las butacas tapizadas (a todo esto, el nota era de Sevilla). Nos las enseña, no mal del todo, sus defectillos, pero las butacas como nuevas con la tela que le dimos, que nos costo una pasta en su día. Le dimos como cinco metros más de tela de la que necesitaba, y nos llega con unos cuantos retales diciendo:

- Al final la tela ha venido escasilla.

Otra vez me entraron ganas de decirle: ¡Aaaaaaro, cabrón, como que te la has quedado tú! Pero opté por callarme. Llegada la hora del pago, le endoso un binladen, y dice:

- ¿Ese billetaco me va a soltar?

Esta vez no me pude aguantar:

- ¡Aaaaaaaro!

Y cuando se lo doy le digo:

- No está mal, 500 euros limpios en un día de trabajo.

- ¡Aaaaaaro! Eso es como todo: los médicos se sacan eso con una firmita.

A éstas que mi mujer, que es médico, no pudo aguantarse:

- Oiga usted: que los médicos estudiamos seis años para sacar la carrera, dos o tres de media para aprobar el MIR y otros cuatro o cinco para hacer la especialidad.

- Hombre, es verdad que una carrera es una carrera.

- Pero es que además las guardias me las pagan a 15 euros la hora.

- ¡Aaaaaaro! Le advierto que yo he trabajado mucho tiempo en el campo.

Entonces tercié yo en la conversación:

- ¿Y dónde hay que estudiar para hacerse tapicero? Lo digo por mis hijos.

- Sí, claro, pero es que tengo que andar todo el día de acá para allá.

- ¡Aaaaaaro! (Le había cogido el gusto a la exclamación).

El hombre, que se llamaba José, se había ido escabullendo y ya estaba dentro de la furgoneta. No nos dio tiempo a decir más, nos dijo adiós y se marchó dejándonos con cara de tontos.

Y lo que más me sorprende, como economista que soy, es que no haya más competencia en ese sector que haga que bajen los precios. No veo que existan barreras de entrada, ni restricciones de ningún tipo. Falla el mercado, y no sé por qué. A ver si er Tato, que es liberal a muerte, nos saca de dudas y deja el prestigio de los mercados en su sitio.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Apuntes (X)


Es el día grande de las fiestas del pueblo. La banda de música y los cohetes nos han despertado a las siete de la mañana. Se respira expectación, como si algo grande fuera a pasar. Se diría que la Reina de los Ángeles descenderá de su trono y hablará a la multitud enfervorecida. El viento no desluce el paso del simpecado. Los caballistas y los primeros fríos de otoño despiertan los espíritus aletargados. Se repiten implacables los ciclos de la tierra, el cielo y los hombres.

***

Aparece Gonzalo con un globo en el umbral del patio y me habla en su lenguaje incomprensible. Entonces siento pena, o más bien nostalgia de las etapas que finalizan para no volver (acabo de comprender que este apunte alimentará la nostalgia del futuro).

***

Arriba, en la peña, un murmullo constante, y abajo el pueblo desierto, mudo. Surge una sensación vivificadora, un deseo de que siempre fuera así, pero es un nuevo engaño de nuestra alma, que sabe la causa de ese disfrute de la soledad: su carácter efímero.

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Tanto escribir... para quedarme como estaba, si acaso más triste, aunque consolado, como dice Pessoa, por esa vanidad presente de una improbable gloria futura.

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Suena a lo lejos el pasodoble mientras un fantasma invisible tañe las campanas. Hoy sólo tengo oídos para el repique, triste contrapunto a lo mundano.

Si Petrarca levantara la cabeza...


No encuentro nada más poético que el viento,

que el sol, tu amor, la luz y las estrellas;
me tienes a tus pies, dulce doncella,
sólo con verte andar estoy contento.

Tanto verso me nubla el pensamiento,
o quizás fue el beberme tres botellas
de cognac, que no pude ver tus mellas
ni el hedor que despides con tu aliento.

Si dicen que tu pecho es ambrosía,
que has hecho a los hermanos enemigos
y atraes los caballeros en porfía,

¿cómo es que nos impones el castigo
de oler en tu jardín la porquería
que emana desde dentro de tu jigo?

martes, 7 de septiembre de 2010

Apuntes (IX)


A la mayoría de personas que tratamos las conocemos poco, pero a veces hacen algo que las delata, o dejan de hacer alguna otra cosa, o las sorprendemos hablando en la intimidad, y entonces ya sabemos quiénes son.

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La chimenea llena de leños. Al lado un cochecito azul de plástico y muchos otros juguetes alrededor. Por desgracia, nuestros niños no tendrán un Rosebud para añorarlo en el futuro.

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Escribir de sentimientos es pura ficción.

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Lucho contra el impulso de liberar a través de este diario todo lo que me reconcome y la prudencia de guardarme muchas cosas que sólo me interesan a mí o interesan demasiado a los demás.

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La tentación de abandonarse, de dejarse mecer por la dulzura de la nada y que ella rija nuestro destino...

sábado, 4 de septiembre de 2010

La diva divina (2)



María Kalogeropoúlou tuvo el mundo a sus pies. Su voz hacía estremecerse de emoción a los amantes de la ópera, pero también los legos sucumbían ante la belleza de su arte. Necesitaba que su público la adorase, vivía de sus vítores cuando finalizaba una de sus maravillosas interpretaciones. Por eso, cuando su voz se apagó dejó de ser feliz, y ya nada tuvo sentido. Maria Callas era Norma, y también Amina, y Musetta, y tantas otras heroínas con un corazón terrible, como el suyo. Se apropió de gran parte del repertorio, e hizo que cualquier interpretación posterior a la suya pareciese hecha por una aficionada.

Uno de sus papeles preferidos fue el de Amina en la ópera La sonnambula, de Vincenzo Bellini. Aparte de la música inmortal y su voz de otro mundo, el vídeo ofrece un amplio repertorio de fotos de la Callas en distintos momentos de su vida. Merece la pena ver sus casi nueve minutos de duración. Se puede apreciar, por ejemplo, su registro grave, impensable para una soprano (1'31'' y 1'46''), momentos mágicos, como en 2'46'', un inicio de la cabaletta antológico (4'46''), momentos de coloratura (5'53''), agudos estratosféricos (6'32'') y pianos imposibles (7'41'') que viran al forte como por ensalmo (7'55'').

Tras todo este despliegue, la foto que aparece en 8'13'' nos deja pensativos, pues aúna su encumbramiento como diva y su fracaso como mujer.



El don de Maria Callas la encumbró al olimpo de los dioses de la música, y cuando ese don desapareció la arrastró hasta la tumba. Ella lo tuvo todo menos lo más importante, la felicidad, pero gracias a la técnica Callas sigue haciéndonos feliz 40 años después de su muerte cada vez que oímos una de sus maravillosas interpretaciones.

En la tumba de Bellini en Sicilia, en la catedral de Catania, están inscritos los primeros compases del aria de La sonnambula: "Ah, non credea mirarti si presto estinto, o fiore..."

jueves, 2 de septiembre de 2010

Apuntes (VIII)


Esas rubias eslavas que han aparecido por todos lados no se parecen mucho a las rubias de toda la vida, las que salían en las películas de Hollywood o las alemanas y las suecas que venían a nuestras playas. Tienen el mismo color de pelo, las misma piel blanca, pero... no sé, hay algo que las afea, un rictus que no pueden evitar, como si hubiesen salido de Ucrania o de Rusia con el telón de acero puesto.

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Aquellos emigrantes que abandonaron la sierra para acabar en una triste fábrica de Cataluña perdieron sus raíces. Lo perdieron todo.

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Nunca me he creído que Mozart escribiera el Requiem por encargo para los funerales de un noble. Esa música era para él, y flotaba en el aire mientras lo arrojaban a la fosa común.

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El silencio me trae la paz... cuando no estoy solo.

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¡Cuánta mezquindad hay en el mundo! Y quien critica a los mezquinos mofándose de ellos, encastillado en su integridad, es el más mezquino de todos.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Apuntes (VII)


Me han regalado unas varas de nardos, las primeras del año, y la casa se ha llenado enseguida de un aroma dulzón, algo decadente, como el del umbral de una casa señorial venida a menos.

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Veo a Gonzalo andar en pañales y parece un hombrecito, con la cadena de su chupete colgando y fijándose en todo. ¿Qué pasará por su cabeza, que nunca podremos saber? ¿Por qué nuestros recuerdos empiezan en un punto y no antes?

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Aún sigo dando vueltas al poema "Tabacaria". Lo leí ayer en portugués y no entendí mucho, pero lo comprendí todo.

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Quien padece de saudade está vivo, muy vivo. Se agarra a la vida con la misma fuerza que el mayor de los libertinos, sólo que no vive hacia fuera, sino hacia dentro.