viernes, 14 de mayo de 2010

Sala de profesores


Hay muchas caras y no veo a nadie,

ni lo quiero ver.
Sólo yo mismo y mis antiguos miedos.
Justo ahora, sin ir más lejos
dos compañeros hablan fuerte
de Economía,
y me miran... o eso siento yo,
que no levanto la vista
de este papel en blanco.
Trato de buscarme por dentro
pero ellos me interrumpen, me hablan
de especuladores y bolsas
(debería hacer un poema de la bolsa).

Me marcho a casa que ya es tarde.
A bordo de mi coche sentiré
que esos de ahí fuera
no forman parte de mi vida.

13 comentarios:

Paco Gómez Escribano dijo...

Muy bueno, Ridao. El poema dibuja un personaje casi niño, asustadizo de lo que le rodea y que utiliza el coche como caverna protectora que evoca el útero materno.
Qué pedante me ha quedao. Un abrazo.

Bea. dijo...

Ay Ridao toda la gente que nos rodea forma parte de nuestras vidas , de alguna manera y eso no se puede negar.

Liliana G. dijo...

Será por eso de que "los de afuera son de palo", como decimos por aquí.
Lo importante es primero econtrarse consigo mismo, sólo después podremos compartir el mundo con el resto y eso siempre y cuando lo queramos.
Además, no hay nada peor que a uno lo interrumpan en sus cavilaciones particulares, para colmo hablando de especulaciones.

A propósito... esperaré el poema de la bolsa :)

Besotes existencialistas.

José Miguel Ridao dijo...

Joder, Paco, me dejas planchao, yo que me creía un tío normal... Es broma, gracias, y buena observación.

Pues yo intento minimizar a muchos, Bea. Y lo consigo.

Tú lo has dicho, Liliana. Encontrarse con uno mismo. Qué difícil y qué importante. Oye, de verdad que me molestó, y mira que soy economista... Haré ese poema de bolsa, seguramente un soneto. Te lo debo.

Abrazos.

bambu222 dijo...

Hola José Miguel,observo que en este país hay "licenciados" en medicina, en economía, en ciencias políticas por todas partes así que te imagino con la cabeza gacha y la boca cerrada;ya encontrarás la manera de vengarte pero en frio, que es mejor.Abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

Tú lo has dicho, bambu. Más callado que una tumba. No merece la pena vengarse; además, ni se darían cuenta; tan poseídos están de la verdad. Otro abrazo.

Rocío. dijo...

Pues yo cuándo alguien me habla de cosas que no entiendo,o que no me interesan,tengo mi truco,pongo cara de oirlo,mientras estoy pensando en otra cosa.Siempre me ha ido bien,claro que alguna vez meteré la pata,pero mientras no suceda,yo sigo.Los que menos soporto son a los pedantes,con esos y pongo los ojos como los buhos,eso si sin hacerles ni caso.

José Miguel Ridao dijo...

Yo incluso les hablo siguiéndoles la corriente, Rocío. Y pensando en lo mío, claro. Para que veas, que sé hacer varias cosas a la vez.

Marisa dijo...

No toda la gente que nos rodea tiene porque formar parte de nuestras vidas... Yo, al menos, acojo en la mía a cualquiera que me de alegría, risas, ternura y positividad. De l@s demás, procuro quedarme sorda y simplemente 'estar' pero no 'ser'.

Bea. dijo...

Marisa creo todo lo contrario yo tengo una jefa a la que no puedo ni ver , ella a mi tampoco pero ella forma parte de mi vida y yo de la suya , aunque me desagrade.

José Miguel Ridao dijo...

Yo estoy con Marisa. Otra cosa es lo que dice Bea, que a veces nos tenemos que "tragar" a gente que no soportamos, ya sea un jefe o un cuñao.

Abrazos.

Mery dijo...

Un poema de la Bolsa...no sé, no sé.
Hablar de ella en los tiempos del cólera, o de la cólera, puede ser angustioso.
Bueno, tu fina ironía quitará todos los demonios en cada verso, de eso estoy segura.
Un beso

José Miguel Ridao dijo...

Bueno, buscare el lado amable de la bolsa, si es que lo encuentro.

Besos.